miércoles, 25 de marzo de 2015

La alegría de vivir

Título: La alegría de vivir

Autor: Cuento popular armenio

Resumen: Hace mucho, en un país llamado Metopotamia, había un rey al que le gustaba mucho pasear entre sus siervos sin ser reconocido. Un día decidió darse un paseo por la ciudad, cuando de repente, escuchó una música que le llamó mucho la atención. Venía de una pequeña casita, el rey decidió entrar por su gran curiosidad.

Cuando entró una voz le habló por detrás suya y le dijo bienvenido a la morada de Hassam. El rey cantó, bailó, comió.... También habló con el dueño de la fiesta. Ellos dos hablaron del oficio de Hassam, el joven muchacho era zapatero. Entonces, el rey fue muy astuto y le preguntó a Hassam que pasaría si el rey prohibiera ser zapatero. Hassam le contestó que como si el rey no tuviera cosas mejores que hacer....

A la mañana siguiente la cuidad se despertó con la noticia que había hecho el rey. Esa misma noche Hassam organizaba una fiesta. El rey se puso sus ropajes y se fue hacia la casita del joven. Una vez allí Hassam le dijo que lo que él había dicho se había cumplido, y entonces el rey le preguntó que a que se dedicaba ahora que el rey había prohibido su profesión. Hassam le contó a su amigo que ahora era aguador, es decir que iba por la casa dando agua. El rey le volvió a preguntar a él que pasaría si el rey prohibiera su oficio nuevo y Hassam le contesto que se lo pensaría.

A la mañana siguiente el rey prohibió el oficio de aguador. El rey quiso saber que nuevo oficio tenia el joven. Cuando el rey habló por su oficio Hassam le contestó que ahora era criado. El rey le dijo que pasaría si el rey se lo llevara a ser su criado.

Al día siguiente dos soldados fueron a la casa de Hassam para llevarse a palacio. Allí le dieron unas vestiduras y una espada de hierro. Hassam organizo otra fiesta esa misma noche. El rey fue de nuevo a la fiesta, y le preguntó a Hassam que como le iba en palacio. Hassam le dijo que iba bien pero que para pagar esta fiesta había vendido su espada de hierro, por que no le habían pagado nada.

A la mañana siguiente el rey ordenó que Hassam decapitara a un criminal. Por mucho que el no quería, debía hacerlo delante del rey.
Cuando el joven puso su mano en la empuñadura gritó fuertemente:
- ¡Alá, grande si el criminal es inocente, convierte mi espada de hierro en una espada de madera!

Entonces cogió la espada y .........¡MILAGRO! la espada de hierro se había convertido en madera. En ese mismo instante el rey empezó a reirse a carcajadas. El rey le confesó a Hassam que él era ese personaje que aparecía siempre en sus fiestas.

Desde aquel momento, el rey puso a Hassam como su consejero real. Y desde entonces Hassam nunca cambió de oficio.

Opinión: Me ha gustado mucho esta historia. A pesar de que el rey prohíbe nos oficios de Hassam el vende lo que sea por tal de ser feliz y tener alegría. Así que ¡¡¡¡¡¡VIVA LA VIDA!!!!!! 




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